Con la Federación (1901), Australia se convirtió en una nación. Dos universidades (Melbourne y Sydney) crearon facultades de Veterinaria. Durante los primeros 50 años después de esto, los Veterinarios estaban seguros de su lugar y valor en la sociedad australiana. En 1936, una tercera universidad ofrecía esta carrera (Queensland) y en 1950 ya había 400 veterinarios colegiados en Australia. Cincuenta años más tarde, con una cuarta facultad de veterinaria (Murdoch) había 6.000 veterinarios colegiados. Sin embargo, éstos ya no estaban seguros de su función. Las tasas de abandono de estudiantes y licenciados iban en aumento, había un exceso de oferta en relación con la demanda y las mujeres dominaban la profesión. Hoy, con 12.000 veterinarios colegiados, las condiciones han empeorado, lo que antes era una vocación masculina a tiempo completo se ha convertido en una avocación femenina a tiempo parcial y surge la pregunta: «¿Tiene futuro la Veterinaria en Australia?». ¿Serán obsoletos los actuales modelos de negocio de la práctica privada, el servicio gubernamental y otras actividades emprendidas por los licenciados? Si es así, ¿salvarán los nuevos modelos la situación? No sólo la comunidad veterinaria australiana debe enfrentarse a estos retos, sino también otras en otros lugares.
